viernes, 7 de junio de 2013

Señales del medio ambiente y hormonales



La epigenética, memoria celular sensible a factores emocionales

Aunque su expresión es básicamente bioquímica, percibe los factores emocionales que nos afectan, indicó Patricia Joseph Bravo, investigadora del IBt de la UNAM
En un lenguaje de computación, los 23 mil genes que tenemos conformarían el hardware, mientras la epigenética sería el software, dijo

La epigenética es un tipo de memoria molecular y celular que resulta de cambios estables en la expresión génica, sin alteraciones en la secuencia del ácido desoxirribonucleico (ADN). Es un conjunto de modificaciones que existen en la cromatina, y que se conservarán de una célula a otra dentro del organismo.
Aunque su expresión es básicamente bioquímica, es sensible a los factores emocionales que nos afectan. Incluso, condiciones sociales que influyen de manera importante en personas y comunidades, como la pobreza, la desnutrición y la marginación, tienen diversos efectos a este nivel.
 “Es claro que no todo son los genes. Los cambios epigenéticos ocurren a consecuencia de señales del medio ambiente y hormonales”, explicó Patricia Joseph Bravo, investigadora del Instituto de Biotecnología (IBt) de la UNAM, que con su trabajo, profundiza en las modificaciones químicas que regulan la expresión genética.
 “En un lenguaje de computación, los 23 mil genes que tenemos conformarían el hardware, mientras la epigenética sería el software”, ejemplificó.

Cromatina, definitiva en la expresión

“La epigenética es un conjunto de modificaciones que existen en la cromatina, y que se conservarán de una célula a otra dentro del organismo. Hay mucha discusión acerca de si esos cambios se heredan o no, pero es un mecanismo fundamental que ocurre durante el desarrollo y participa en la diferenciación celular”, detalló.
La cromatina es el conjunto de ADN, histonas y proteínas ubicado en el núcleo de las células eucariotas y constituye el cromosoma de éstas. “En parte, el cómo está modificada es lo que definirá cómo será la expresión en la célula en el organismo y de alguna manera, producirá las influencias que se presentan durante el desarrollo de una manera natural, o bien, en una forma de reto”, indicó.
Con todos sus componentes, está muy compactada en el núcleo celular, dijo. “Para que ocurra la transcripción génica, se requiere que pueda entrar alguna proteína que la desdoble de alguna forma, como lo hace una llamada factor de transcripción”.

Señales ambientales y estrés

En tanto, la epigenética es una interacción entre señales que ocurren en el medio ambiente externo e interno, es decir, provenientes de otros tejidos u hormonas del organismo.
“Muchos de los problemas socioeconómicos que tenemos en el país, como pobreza, desnutrición, hacinamiento, mala higiene y marginación, tienen en común que generan un estado permanente de estrés en las personas”, señaló Joseph Bravo.
Este último es una cascada de reacciones que se presenta en múltiples situaciones si un estímulo externo causa un cambio en el equilibrio del organismo. Puede definirse como la respuesta de un sistema autorregulable a una alarma general.
Puede ser físico o psicológico, precisó. El primero se expresa con frío, aceleración de los latidos cardiacos, diarrea o dolor agudo, mientras que el segundo, genera miedo, ansiedad, trauma o depresión. Según el tipo, se activan diferentes neuronas, como las del tallo cerebral (el físico), o las del sistema límbico (el psicológico).
Si esa tensión es sistemática o crónica, como en la desnutrición y la pobreza, los factores sociales generan cambios epigenéticos.
Las investigaciones de los canadienses Meaney y Szyf dieron origen a la epigenética como ciencia del siglo XXI.
El primero descubrió, en un estudio con ratas, que las muy cariñosas con sus crías, que las acicalaban constantemente, procreaban a seres que en la adultez manejaban mejor el estrés, mientras que las que lo hacían en menor grado, generaban descendientes cuya reacción bioquímica a factores ambientales es semejante a quien padece estrés crónico.
Szyf analizaba el proceso de metilación, y con Meaney buscó el efecto de las señales ambientales en la expresión bioquímica.
Encontraron que, al acicalar la madre al hijo, estimula las vías sensoriales que liberan serotonina en el hipocampo, la que hace que aumente la síntesis de un factor de crecimiento y exista un mejor manejo del estrés.
 “En los humanos también hay cambios epigenéticos relacionados con las adicciones, el estrés postraumático y el abuso infantil”, añadió Joseph, quien cursó la licenciatura en Química en la UNAM, la maestría en Nutrición y Metabolismo en el Instituto Tecnológico de Massachusetts, en Cambridge, Estados Unidos y el doctorado en Bioquímica en el Colegio Imperial de Ciencia y Tecnología de la Universidad de Londres, Inglaterra.
Además, la universitaria ha contribuido a la caracterización de un péptido, la hormona liberadora de tirotropina (TRH) en el sistema nervioso del roedor.
Este péptido, que está involucrado en la comunicación intracelular en animales, en los mamíferos se sintetiza en varios núcleos cerebrales, incluidas neuronas del núcleo paraventricular del hipotálamo, que integran señales (neurales, hormonales e inmunes) que regulan, entre otras, la función inmune.

El Consejo de Europa, preocupado por la malnutrición infantil en España


El comisario de derechos humanos del Consejo de Europa, Nils Muiznieks, se mostró preocupado este viernes por el aumento de la pobreza y la malnutrición infantil en España como consecuencia de una crisis que ya dura cinco años.
"Estoy muy preocupado por los informes que indican que la pobreza infantil está bastante extendida y por algunas historias que he oído, desgarradoras historias de niños desmayándose en clase, vistiendo la misma ropa durante dos o tres semanas y en situaciones vulnerables por los desahucios y la pobreza en sus casas", explicó Muiznieks en una rueda de prensa en Madrid.
Tras cinco días de visita oficial a España para realizar un informe sobre los efectos de la crisis en los derechos humanos, que se publicará en septiembre, el comisario llamó a las autoridades "a tomarse muy seriamente el asunto". "Lo que les pasa a estos niños ahora les va a afectar durante toda la vida. Si ahora están malnutridos, más adelante tendrán problemas de salud, problemas educativos y eso no solo les va a afectar a ellos, sino a toda la sociedad española y europea", dijo.
Debido al desgaste de cinco años de crisis y con una tasa de desempleo histórico del 27%, España ve aumentar constantemente su pobreza que, según Unicef, afecta especialmente a los más desfavorecidos y a los niños. Los últimos datos que publicaron sobre pobreza infantil revelan que un 27,2% de los menores en España vivían bajo el umbral de la pobreza en 2011, una cifra "muy impactante" para Muiznieks.
Ante esta situación, el comisario europeo aplaudió a los gobiernos regionales, responsables en España de la gestión de los servicios sociales, que han emprendido medidas en las escuelas para paliar la malnutrición de los menores, como en los casos de Andalucía, Cataluña y Canarias. "Hacer este trabajo en las escuelas es una de las pocas maneras de alcanzar a todos los niños", dijo.
Además, Muiznieks alertó de la situación que viven otros grupos vulnerables ante la crisis como discapacitados, pensionistas y desahuciados así como los inmigrantes irregulares, que desde el año pasado tienen limitado el acceso al sistema sanitario.

jueves, 6 de junio de 2013

Creación de órganos humanos en el laboratorio


 Se ha desarrollado, con fondos de la Unión Europea, un innovador método de ingeniería de tejidos que ha demostrado su utilidad en la creación de cantidades grandes de hueso humano maduro para trasplantes y en otros órganos vitales

 La ingeniería de tejidos está teniendo una repercusión enorme en el ámbito científico gracias a las estructuras de soporte artificiales que proporciona, en las que se cultivan nuevas células para crear tejidos. Esta técnica permite imitar la nanoestructura de tejidos del cuerpo para crear diversos órganos humanos en un entorno de laboratorio.
Al frente de una investigación al respecto se encuentra la profesora Molly Stevens del Imperial College de Londres (Reino Unido), la cual se clasificó en trigésimo quinta posición en una votación realizada para elegir a los cien mejores innovadores científicos de menos de treinta y cinco años. Su especialidad es la de los nanomateriales y los sistemas biológicos, y en concreto el estudio de los puntos de convergencia útiles para el cultivo de hueso para injertos a partir de sistemas poliméricos inteligentes.
La profesora Stevens reunió a un equipo multidisciplinario de ingenieros, biólogos, químicos y físicos en el proyecto NATURALE («Bio-inspired Materials for Sensing and Regenerative Medicine»), financiado en parte mediante una subvención de inicio (Starting Grant) del Consejo Europeo de Investigación (CEI) por valor de 1,6 millones de euros.
El innovador método de ingeniería de tejidos adoptado por el equipo ha demostrado su utilidad en la creación de cantidades grandes de hueso humano maduro para trasplantes y en otros órganos vitales, como el hígado y el páncreas, difíciles de lograr a través de otros métodos.
Ante el éxito de su trabajo se ha realizado un esfuerzo de comercialización gracias a una dotación de fondos adicional mediante la «Proof of Concept Grant» («Subvención a la Prueba de concepto» del CEI) y la organización de ensayos clínicos de regeneración ósea en humanos. El equipo también ha desarrollado versiones sintéticas de varias nanoestructuras y mejorado el crecimiento celular para su aplicación a la regeneración de tejidos. También se han obtenido resultados positivos en la mejora de las tecnologías de biodetección aplicadas al control de enzimas y otras sustancias bioquímicas.
Sus progresos resultarán de utilidad en numerosas aplicaciones médicas, y de manera destacada en la detección temprana de afecciones como el cáncer o el VIH. Utilizando muestras humanas de pacientes seropositivos, se han realizado pruebas que permiten una lectura a simple vista mucho más sencilla. Su método es diez veces más sensible que cualquier otro sistema de identificación utilizado hasta ahora y podría comercializarse en breve. Los resultados del proyecto se han publicado en la revista Nature Nanotechnology.
La profesora Stevens admite que el éxito de su grupo de investigación se basa en un trabajo innovador de alta calidad y en la naturaleza multidisciplinaria del equipo, características que dan lugar a la generación constante de ideas nuevas e interesantes. 

Su entusiasmo es aún más patente al referirse a distintas terapias en las que siguen trabajando y que contribuirán al bienestar futuro de los pacientes.

Es posible retrasar la senescencia

Las nueve claves del envejecimiento

Un nuevo estudio, publicado en la revista Cell, afirma que al combatir el envejecimiento se lucha también contra el cáncer y las demás enfermedades de mayor incidencia en el mundo desarrollado. 
Además, el trabajo rebate el mito de que los antioxidantes rejuvenecen y revisa las actuaciones que, en cambio, sí pueden funcionar.

manos

Vivir el doble de tiempo, y sano, en algunas especies depende solo de unos pocos genes. Cuando esto se descubrió en gusanos hace tres décadas, comenzó una era dorada para el estudio del envejecimiento que ha proporcionado muchos resultados, pero en la que también hay mucha confusión.
La revista Cell publica hoy una revisión exhaustiva al respecto, con vocación de ordenar el campo y “servir de marco a los futuros trabajos”. En ella se definen por primera vez todos los indicadores moleculares del envejecimiento de los mamíferos, las nueve firmas que marcan el avance del proceso.
Además, el estudio, que combate algunos mitos, como el de que los antioxidantes frenan el envejecimiento, está inspirado en un trabajo clásico publicado en la misma revista en 2000, The Hallmarks of Cancer, que marcó un antes y un después en la investigación de esta enfermedad.
Así, los autores Maria Blasco y Manuel Serrano (Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas, CNIO); Carlos López-Otín (Universidad de Oviedo); Linda Partridge (Instituto Max Planck para la Biología del Envejecimiento) y Guido Kroemer (Universidad de París Descartes) llegaron a la conclusión de que era necesario un análisis y decidieron compartir esfuerzos para abordar el proyecto.
“La situación actual de la investigación en envejecimiento se parece mucho a la del cáncer en décadas pasadas”, afirman los expertos. “En el campo del envejecimiento era notorio que había más teorías que evidencias experimentales”, dice Blasco, y añade: “Esta revisión no habla de teorías, sino de evidencias moleculares y genéticas”.
Para López-Otín, “había llegado el momento de presentar de manera organizada y comprensible las claves moleculares de un proceso todavía muy incomprendido, pese a los miles de artículos científicos publicados cada año sobre él”.
El envejecimiento resulta de la acumulación de daño en el ADN a lo largo de la vida

Principales resultados

Uno de los resultados de esta revisión es que entendiendo y combatiendo el envejecimiento se lucha también contra el cáncer y las demás enfermedades de mayor incidencia en el mundo desarrollado.
La relación está clara: el envejecimiento resulta de la acumulación de daño en el ADN a lo largo de la vida, y ese proceso es también lo que origina el cáncer, la diabetes, las enfermedades cardiovasculares y las neurodegenerativas, como el alzhéimer.
“El envejecimiento es la causa de las enfermedades que ocurren cuando nos hacemos mayores”, explica Blasco. “ldentificar los marcadores moleculares del envejecimiento ayuda a encontrar la causa de otras patologías, como el cáncer. Esto es muy relevante”, precisa.
En el artículo se afirma que “el cáncer y el envejecimiento pueden compartir un origen común”, y se explica que pueden ser considerados “dos manifestaciones diferentes del mismo proceso subyacente”.

“No se trata de no tener arrugas”

Para Serrano, este aspecto elimina la “frivolidad” con que a menudo se aborda la investigación del envejecimiento: “No se trata de no tener arrugas ni de vivir cien años a cualquier coste, sino de prolongar la vida sin enfermedad”.
De hecho, en el artículo publicado en Cell, los investigadores son explícitos al declarar su objetivo último: contribuir a “identificar dianas farmacológicas que mejoren la salud humana durante el envejecimiento”.
“No se trata de no tener arrugas ni de vivir cien años a cualquier coste, sino de prolongar la vida sin enfermedad”
Otro de los hitos del trabajo es que no solo define los nueve indicadores moleculares del envejecimiento, sino que los ordena en primarios —la causa desencadenante—; los que conforman la respuesta del organismo a esas causas; y los fallos funcionales resultantes.
Para los expertos, la jerarquía es importante, porque el efecto que se consigue actuando sobre un tipo de proceso u otro es diferente. Incidiendo sobre un único mecanismo, si es de los primarios, es posible retrasar el envejecimiento de muchos órganos y tejidos.

Cuatro causas primarias del envejecimiento

Las causas primarias del envejecimiento son cuatro: la inestabilidad genómica; el acortamiento de los telómeros; las alteraciones epigenéticas; y la pérdida de la proteostasis.
  1. La inestabilidad genómica se refiere a los defectos que se van acumulando en los genes con el tiempo, por causas intrínsecas o extrínsecas.
  2. El acortamiento de los telómeros —los capuchones que protegen los extremos de los cromosomas— es uno de estos defectos, pero su importancia es tal que se destaca como contraste independiente. 
  3. Las alteraciones epigenéticas resultan de la experiencia vital —la exposición al ambiente—.
  4. Por su parte, la pérdida de proteostasis tiene que ver con la no eliminación de proteínas defectuosas, que al acumularse causan patologías asociadas al envejecimiento —en el alzhéimer, por ejemplo, las neuronas mueren porque se forman placas de una proteína que debía haberse eliminado—.
Las respuestas del organismo a las causas desencadenantes son mecanismos que intentan corregir los daños, pero que, si se cronifican o exacerban, también se vuelven dañinos. Es el caso de la senescencia celular: induce a la célula a dejar de dividirse cuando acumula muchos defectos y así previene el cáncer, pero si se da en exceso los tejidos —y el organismo— envejecen.
Uno de los retos ahora es entender las conexiones entre todos los hallmarks y, por supuesto, investigar la forma de controlar estos procesos
También tienen este doble filo otros dos procesos muy presentes en las discusiones sobre teorías del envejecimiento: el llamado daño oxidativo, relacionado con los famosos radicales libres; y mecanismos derivados del metabolismo, relacionados a su vez con las evidencias —todavía no confirmadas en humanos— de que la restricción calórica prolonga la vida.
Todo apunta a que la realidad es más compleja que simplemente tomar antioxidantes y dejar de comer para vivir más. Los radicales libres pueden ser dañinos en grandes cantidades, pero su presencia también desencadena una respuesta protectora.
Los autores son contundentes al hablar de antioxidantes: no hay evidencia genética de que aumentar las defensas antioxidantes retrase el envejecimiento. Y, si es cierto que ante la escasez de nutrientes el organismo pone en marcha estrategias protectoras —presumiblemente, la razón de que la restricción calórica parezca dar resultado—, “con el tiempo y en exceso, pueden ser patológicas”, afirman.
El tercer grupo de indicadores emerge cuando los daños causados por los dos precedentes no pueden ser compensados. Es el caso del agotamiento de las células madre de los tejidos, que dejan de ejercer su función regeneradora; o de los errores en la comunicación intercelular, que dan lugar por ejemplo a la inflamación —un proceso que cuando ocurre de forma crónica se asocia al cáncer—.

Estrategias para frenar el envejecimiento

Para los autores, uno de los retos ahora es entender las conexiones entre todos los hallmarks y, por supuesto, investigar la forma de controlar estos procesos.

Una de las estrategias terapéuticas ya probadas con éxito en ratones es evitar el acortamiento de los telómeros. “Es un proceso que se puede frenar e incluso revertir en estos animales”, afirma Blasco, experta en el área. Ella cree que, en general, “tenemos aún mucho margen de maniobra para combatir el envejecimiento y lograr vivir más años de forma saludable”.  

Para López-Otín, “las intervenciones dirigidas a disminuir o corregir los daños genómicos inherentes al paso del tiempo son todavía lejanas, pero las relacionadas con los sistemas de regulación metabólica pueden ser mucho más accesibles”. 

Y concluye: “No podemos aspirar a la inmortalidad, sino a la posibilidad de que la vida sea un poco mejor para todos”.

Referencia bibliográfica:
Carlos López-Otín, Maria A. Blasco, Linda Partridge, Manuel Serrano, Guido Kroemer. “The Hallmarks of Aging”. Cell. Doi: 10.1016/j.cell.2013.05.039

miércoles, 5 de junio de 2013

Atopia: cuando el picor deja marca

Es la manera que tienen algunas personas de reaccionar ante sustancias o estímulos ambientales concretos
El color de ojos del padre, la sonrisa de la madre, el mal genio del abuelo... Hay un sinfín de rasgos que podemos heredar de nuestros progenitores. La carga genética pesa en cada uno de nosotros pero no siempre el "regalo" que recibimos es de nuestro agrado. La atopía es un buen ejemplo. Es la predisposición para reaccionar de forma exagerada frente a sustancias o estímulos ambientales que pueden afectar a diferentes partes del organismo, como la piel o el aparato respiratorio o el digestivo . Hasta ahora no ha sido posible explicar la causa de su aparición, la razón que se esgrime con frecuencia es la acción de un componente genético. Cuando uno de los progenitores padece la enfermedad, los hijos tienen un 40% de probabilidades de sufrirla. La cifra se eleva al 80% cuando los dos progenitores tienen dermatitis. Se cree que el estilo de vida occidental es determinante (exceso de higiene, humedad, calor, maternidad en edades avanzadas). Cada vez hay más personas afectadas y la dermatitis atópica, el asma y la rinitis alérgica son la carta de presentación de este estado físico que se caracteriza por alternar periodos de mejora con otros de empeoramiento. Estos cambios comportan un cierto estrés emocional, capaz de desencadenar reagudizaciones de la dermatitis atópica. Aunque carece de un tratamiento definitivo, las recomendaciones se centran en controlar y aliviar sus brotes.

Pieles con atopia

El porcentaje de personas con atopía es elevado, sobre todo, durante la infancia. Se estima que entre el 5% y el 20% de los niños y entre el 2% y el 5% de los adultos sufren dermatitis atópica. Este descenso en la etapa adulta se debe a la propia evolución de la enfermedad. La mayoría de los casos se diagnostican antes de los cinco años, incluso en bebés de dos meses. La dermatitis infantil precoz, del lactante, debuta entre los dos meses y los dos años. En esta primera etapa surge en forma de periodos de empeoramiento y de mejoría. Tras los dos primeros años de vida los niños mejoran con el crecimiento, de manera que al llegar la etapa infantil tardía (diez-doce años) muchos niños ya no tienen lesiones, y en poco más de una cuarta parte de los afectados persiste más allá de los 20 años.

Del picor al eccema, un círculo vicioso

La piel atópica se caracteriza porque es muy seca, descamativa y manifesta brotes recurrentes, a modo de eccemas, es decir, lesiones muy rojas, con escamas y microvesículas (como burbujas microscópicas). Al rascarse, se rompen, la piel exuda un líquido que deseca, se generan costras y de nuevo produce un picor extremo. El afectado se rasca más y se provoca así más erosiones cutáneas y mayor prurito. Cuando este rascado es muy intenso, la piel se engrosa y aumenta más la molestia. Los niños con dermatitis atópica pueden mostrarse inquietos e irritables a causa de la picazón y el malestar y es uno de los síntomas de mayor impacto en la calidad de vida de los pequeños y también de sus familiares. De hecho, puede llegar a influir de forma negativa en el rendimiento escolar, laboral y en la calidad de vida de los afectados. Las lesiones de la piel atópica surgen en localizaciones variadas (el cuello, los brazos y los muslos; en zonas con pliegues, como rodillas, axilas, muslos...). El factor percusor de las recurrencias en estas zonas es el estrés psíquico, tanto en niños como en adultos, así como los cambios ambientales bruscos.

¿Cómo se tratan los brotes?

En estos momentos hay disponible un amplio arsenal de tratamientos para combatir los molestos brotes de la dermatitis atópica, pero deben ir acompañados de más medidas. Estas son las principales estrategias para atajarlos:
  • Hidratación de la piel: es fundamental para ayudar a evitar la sequedad cutánea y así prevenir los periodos de empeoramiento.
  • Antihistamínicos: los brotes se pueden tratar con antihistamínicos por vía oral (no sobre la piel) para reducir el picor intenso. Para niños, se presentan en forma de jarabe.
  • Cremas con corticoides que, bien utilizadas, no deben infundir temor a la población. La potencia del tratamiento se debe ajustar a la intensidad del brote, por lo que debe ser mayor cuando la intensidad es alta y disminuir a medida que la piel mejore.
  • Medicamentos inmunomoduladores: no tienen una actividad tan potente como los corticoides y se administran en situaciones más leves, que justo empiezan a empeorar o que han mejorado después de haber aplicado los corticoesteroides.
  • Otros tratamientos orales, entre los cuales figuran, además de los antihistamínicos, los corticoides y antibióticos por vía oral -que sirven para tratar infecciones en las lesiones debido a la sudoración-, y otros medicamentos inhibidores del sistema inmune, como la ciclosporina.
  • Tratamientos con rayos ultravioleta: mejoran notablemente las lesiones dermatológicas.

Consejos para personas con atopia

  1. Hidratar muy bien la piel todos los días, tanto en invierno como en verano, aunque no haya lesiones, porque ayuda a distanciar los brotes. Esto ayuda a tratar la sequedad de la piel, no debe ser utilizada sobre las lesiones activas de la enfermedad porque puede incluso empeorarlas.
  2. Utilizar jabones específicos para pieles atópicas que no resequen, y evitar frotar o rascarse.
  3. Evitar los baños largos y calientes.
  4. Evitar las prendas ceñidas y fibras sintéticas.
  5. Optar por prendas de algodón porque no estimulan el picor.
  6. Evitar temperaturas extremas. No abrigar demasiado a los niños durante la noche ya que el sudor produce picor.
  7. Intentar, en la medida de lo posible, mantener a raya el estrés y todas las situaciones que lo generan.
Fuente: Carmen Brufau, profesora de Dermatología de la Universidad de Murcia y jefa de Sección de Dermatología del Servicio de Dermatología del Hospital Universitario Reina Sofía, de Murcia.

CONSUMER

martes, 4 de junio de 2013

Investigan compuestos del aceite de oliva virgen que prolongan la vida en un modelo animal

Ana Cañuelo en el laboratorio
El grupo de investigación de la Universidad de Jaén Estrés Celular y Edad está especializado en el estudio de los mecanismos moleculares que ocurren durante el envejecimiento o en diferentes patologías relacionadas con la edad.
El equipo dirigido por la catedrática de Biología Celular, María Ángeles Peinado, aprovecha este conocimiento para estudiar los efectos terapéuticos del aceite de oliva virgen extra. Una de las líneas principales de acción del grupo consiste en descubrir el efecto de un determinado compuesto, el tirosol, en la longevidad.
Para ello, el personal de la UJA ha estudiado la ingesta de este compuesto en una especie de nematodo (el gusano Caenorhabditis elegans) con un considerable porcentaje de genes que también están presentes en el genoma humano.
La científica responsable de esta línea de investigación, Ana Cañuelo, explica que el suministro diario de tirosol logró prolongar la vida media del gusano en un 20%.
“Registramos en los gusanos una mayor resistencia al estrés oxidativo y térmico que la habitual. No sólo vivían significativamente más tiempo, sino que además se encontraban en mejor forma física”, añade la experta.
El objetivo es conocer todo los procesos y reacciones celulares que desencadena la ingesta de tirosol en los nematodos, entender los cambios que genera en su organismo para prolongar su tiempo de vida. Hasta el momento, el grupo de la UJA ha conseguido identificar tres genes que se ven directamente influenciados por este compuesto, tres genes que también se encuentran en el genoma humano, lo que constituye un considerable paso para estudiar la posibilidad de prolongar la longevidad en la vida humana.
Por ello es tan importante analizar a fondo el comportamiento de los nematodos.
Además, los investigadores del grupo han utilizado un marcador biológico en los gusanos para medir su velocidad de envejecimiento. Éste consiste en la frecuencia del ritmo de contracciones musculares que se producen en la faringe del nematodo, que es un síntoma de buena salud y de juventud en los gusanos. “El ritmo de contracciones va bajando con la edad y es un marcador muy útil para medir el envejecimiento. Sería equivalente a medir la disminución progresiva de fuerza muscular o el deterioro de otras funciones fisiológicas en las personas cuando envejecen”, añade la científica.

Otras líneas de acción del grupo

El grupo Estrés Celular y Edad ha investigado durante muchos años la base molecular del envejecimiento y ha aprovechado este conocimiento para desarrollar otras líneas de investigación relacionadas con patologías asociadas a la edad, como por ejemplo la hipoxia (que consiste en que una región del cuerpo se ve afectada por la falta de oxígeno) o la isquemia cerebral (reducción del flujo sanguíneo en el cerebro) entre muchas otras. Igualmente, otros miembros del grupo investigan los efectos de algunos compuestos del aceite de oliva virgen extra en la fibromialgia, un trastorno músculo esquelético que también está asociado con la edad.
El equipo científico está formado por personal investigador de los departamentos de Biología Experimental y Ciencias de la Salud y por facultativos de la Unidad Clínica del Hospital Ciudad de Jaén. Sus objetivos, en líneas generales, son contribuir al desarrollo de fármacos y tratamientos preventivos contra daños paliativos por la edad, apoyar al sector sanitario en el cuidado a las personas mayoras y favorecer el desarrollo de la industria oleícola a través de la valorización y el estudio de los compuestos del aceite de oliva virgen extra que son beneficiosos para la salud.

CienciaDirecta

lunes, 3 de junio de 2013

En marcha un extenso estudio farmacológico con humanos sobre el Alzheimer

Se ha puesto en marcha un estudio farmacológico con humanos que podría resultar pionero si logra demostrar que cierto medicamento para la tensión arterial es capaz de ralentizar o incluso detener la progresión de la enfermedad de Alzheimer.
Este es el último de una serie de estudios financiados con fondos europeos que se están dando a conocer para conmemorar el Mes Europeo del Cerebro.
Sus premisas se estudiarán en profundidad durante dieciocho meses en el marco del proyecto NILVAD («Nilvadipine in Alzheimer's Disease»), que cuenta con una financiación por valor de 6 millones de euros en virtud del Séptimo Programa Marco (7PM) de investigación y desarrollo tecnológico.
Los intereses científicos del proyecto, un esfuerzo internacional de cinco años de duración coordinado por el profesor Brian Lawlor del Trinity College de Dublín, giran en torno a la detección temprana, el diagnóstico y el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer y la neurobiología y el tratamiento de los síntomas psicológicos y del comportamiento en la demencia y diversos trastornos mentales.
El Alzheimer, la forma más común de demencia, repercute negativamente en la memoria, el pensamiento y la conducta.
Existe cerca de un centenar de tipos de demencia, pero el Alzheimer afecta al 62 % de los casos, concretamente a cerca de 5 millones de europeos y a más de 15 millones de personas a nivel mundial.
Por consiguiente, constituye una de las enfermedades más costosas para la sociedad, con una factura que supera los 440 000 millones de euros al año.
El incremento de su incidencia se atribuye a los avances logrados en los ámbitos de la salud pública y la atención médica, que han permitido que la gente alcance edades mucho más longevas que nunca.
Una de cada 25 personas de entre 70 y 79 años de edad padece alguna forma de demencia, porcentaje que se eleva a 1 de cada 6 personas entre los mayores de 80 años.
El profesor Lawlor confía en que esta colaboración entre expertos en Alzheimer de una decena de países dé frutos, dado que desde 2002 no ha aparecido ningún fármaco nuevo contra esta enfermedad, y eso a pesar de las múltiples líneas de investigación seguidas, finalmente en vano.
Pero el proyecto NILVAD ha generado hasta ahora algo más que promesas. El fármaco en cuestión, la nilvadipina, ya está aprobada para el uso humano contra enfermedades cardiovasculares.
Además se ha realizado un ensayo en fase piloto que ha demostrado que podría ser seguro para el tratamiento del Alzheimer.
En palabras del profesor Lawlor: «Intentamos averiguar si modifica la velocidad de progresión de la enfermedad. Los ensayos con animales arrojaron resultados prometedores. Un ensayo piloto anterior ofreció también indicios de eficacia».
En el ensayo participarán pacientes de ambos sexos de entre cincuenta y noventa años de edad con Alzheimer en estadio leve o moderado.
Se espera que este ensayo logre sus objetivos y que la nilvadipina represente un avance en el tratamiento del Alzheimer.
De este modo tendría grandes consecuencias en los costes que esta enfermedad neurodegenerativa acarrea para Europa en forma de cuidados sanitarios y sociales.

CORDIS

Archivo

Te gusta mario Angry?