viernes, 3 de febrero de 2012

Día mundial contra el Cáncer

 Importancia del tratamiento de la ansiedad y depresión
La noticia de un cáncer es un ciclón en el ánimo del que la recibe y genera en sus familiares preguntas para las que probablemente no tengan respuesta.

España / Notiocho / OMS / SINC

El cáncer es una de las principales causas de mortalidad en todo el mundo.
La OMS calcula que, de no mediar intervención alguna, 84 millones de personas morirán de cáncer entre 2005 y 2015.
Cada 4 de febrero, la OMS apoya a la Unión Internacional contra el Cáncer y promueve medios para aliviar la carga mundial de la enfermedad.
La prevención del cáncer y el aumento de la calidad de vida de los enfermos son temas recurrentes.
El cáncer es un proceso de crecimiento y diseminación incontrolados de células.
Puede aparecer prácticamente en cualquier lugar del cuerpo.
El tumor suele invadir el tejido circundante y puede provocar metástasis en puntos distantes del organismo.
Muchos tipos de cáncer se podrían prevenir evitando la exposición a factores de riesgo comunes como el humo de tabaco.
Además, un porcentaje importante de cánceres pueden curarse mediante cirugía, radioterapia o quimioterapia, especialmente si se detectan en una fase temprana.

Incertidumbre
“La incertidumbre es una de las cosas que más afecta a la gente.
"Una o dos semanas quizá no tengan una gran influencia en la supervivencia, pero sí en los pacientes”, explicó Josep María Borrás, coordinador científico de la Estrategia en Cáncer del Sistema Nacional de Salud (SNS), durante el primer Foro Contra el Cáncer.
La noticia de un cáncer es un ciclón en el ánimo del que la recibe y genera en sus familiares preguntas para las que probablemente no tengan respuesta: ¿Hay que disimular el miedo y las lágrimas? ¿Valen las mentiras piadosas?
La atención psicológica del enfermo y su entorno a cargo de profesionales se ha convertido en una cuestión prioritaria para los especialistas, trabajadores sanitarios y asociaciones.

Enfrente de mi familia         
“Le dije al doctor que lo que tuviera que decirme a mí lo dijera enfrente de mi familia. Y así fue (…). Sí, se me iba a caer el pelo. Sí, me iban a amputar las lolas (los senos). (…) Yo estaba dispuesta a todo, pero tenía la certeza de que me iba a morir (…).
Mis padres disimulaban su horror con sonrisas y palabras de aliento. Mi esposo, para no desmoronarse, les seguía la corriente, y yo (…) jugaba el juego de las sonrisas y en el fondo pedía que se acercara un ladrón y me pegara un tiro de una buena vez”.
Así, sin tabúes, narraba Eva Ekwall (fallecida en diciembre de 2011) en su libro "Fuera de foco" cómo recibió la noticia de que tenía cáncer, diez años después de haber sido coronada Miss Venezuela.
Como a Eva y a su familia, a millones de personas la noticia del cáncer les provoca ansiedad, negación, miedo al dolor, pensamientos sobre la muerte, rabia.

Adaptarse a la nueva vida
Una etapa crucial en la enfermedad oncológica es la recta final de un tratamiento.
El paciente tiene que tratar de volver a la normalidad y en algunos casos aprender a convivir con secuelas físicas y emocionales.
Surge el miedo a no ser capaz de retomar la actividad de siempre, a no volver a ser uno mismo.
“Esta etapa es de máxima vulnerabilidad y sin embargo no siempre es bien entendida por el entorno, que la ve como un punto final y exige demasiado al paciente en su rápida reincorporación”, explica González Márquez.
“Las tasas de curación y las expectativas de vida de la mayoría de los cánceres han aumentado”, recuerda Juan Jesús Cruz, presidente de Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM).

¿Por qué a mi?
“Esto es un error”, “no va a ser tan malo”, “por qué a mí”.
Es lo que probablemente sentirán muchos de los 200 mil españoles que se prevé diagnosticar este año cuando estén esperando los resultados de sus pruebas.
Mientras se espera, “lo más valorado quizá sea el apoyo emocional”, reconoce a SINC Ana González Márquez. Lleva 13 años trabajando en la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) y es la responsable del departamento de psicooncología.
Esta psicóloga clínica especializada en ansiedad y estrés trata cada día a pacientes con cáncer y a sus familiares desde el momento del diagnóstico.
Aunque las reacciones son distintas dependiendo de la localización del tumor y del pronóstico médico, “la ansiedad y la depresión son habituales en los pacientes”, reconoce González Márquez.

Lo más duro es aceptarlo
“Los peores momentos son el del diagnóstico inicial y cuando se informa de que hay una recaída o que la enfermedad está avanzando a pesar del tratamiento aplicado.
"Otro momento duro es cuando se desestiman todas las opciones de tratamiento activo”, declara Cristina Grávalos, secretaria científica de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM )y médico del Hospital Universitario 12 de octubre de Madrid.
Pese a todo, “la mayoría de los pacientes acepta el diagnóstico en un plazo de tiempo más o menos breve, lo que es muy importante porque les dará fuerzas para luchar y realizar los tratamientos necesarios”, recuerda la oncóloga.

Jóvenes y pobres
Diferentes estudios han demostrado que las personas más jóvenes que pasan por dificultades socioeconómicas y cuentan con un entorno social reducido tienen más dificultades para asimilar que sufren la enfermedad.
También es más difícil la adaptación cuanto más agresiva es la cirugía y mayores son los efectos secundarios del tratamiento.
Durante el tratamiento, los miedos suelen ser otros.
“Afrontar sus efectos secundarios puede limitar la actividad del enfermo, provocarle molestias, dolor y desencadenar alteraciones en el estado de ánimo, pérdida de autoestima, aislamientos y sentimientos de dependencia”, explica González Márquez.
Ver así a un ser querido afecta a cualquiera. “Existe un gran impacto en el entorno familiar del paciente.
"Aunque los problemas de los familiares son distintos,no por ello son menos importantes”, puntualiza.

Apoyo a la familia
La cultura también es un factor muy importante.
El cáncer no se aborda igual en Estados Unidos o Inglaterra que en España.
Cristina Grávalos explica que “nuestra tradición cultural ha favorecido que durante mucho tiempo los familiares solicitaran a los médicos que no informaran al paciente de que la enfermedad era un cáncer para protegerle y que sufriera lo menos posible”.
De este modo la familia soportaba todo el peso del apoyo psicológico a los pacientes, pero esto ha cambiado.
Cada vez más, la atención corre a cargo de profesionales.
“Es un trabajo duro, pero enormemente gratificante –admite González Márquez– porque los resultados de nuestra intervención son visibles y los pacientes te demuestran su cariño y agradecimiento por la eficacia de los tratamientos”.
Además añade que “el apoyo del equipo, comentar los casos difíciles, rotar en las tareas y contar con espacios para desahogarnos emocionalmente son algunas de las claves para prevenir el desgaste profesional e implicarse demasiado”.

Asesoramiento necesario
Pero no hay que olvidar que después del diagnóstico, durante el tratamiento, e incluso cuando se ha superado con o sin secuelas, los pacientes y su entorno más cercano pueden verse afectados psicológicamente y necesitan asesoramiento.
Tratar estos problemas no hace que un tumor desaparezca, pero con la ayuda de profesionales como Ana González Márquez y Cristina Grávalos, y el apoyo necesario, los pacientes y los familiares podrán dejar de preguntarse “¿por qué a nosotros?” y empezar a plantearse otra cuestión: “¿cuándo empezamos?”.



Datos y cifras

  • El cáncer es una de las principales causas de muerte en todo el mundo; en 2008 causó 7,6 millones de defunciones (aproximadamente un 13% del total).
  • Los que más muertes causan cada año son los cánceres de pulmón, estómago, hígado, colon y mama.
  • Los tipos de cáncer más frecuentes son diferentes en el hombre y en la mujer.
  • Aproximadamente un 30% de las muertes por cáncer son debidas a cinco factores de riesgo conductuales y dietéticos: índice de masa corporal elevado, ingesta reducida de frutas y verduras, falta de actividad física, consumo de tabaco y consumo de alcohol.
  • El consumo de tabaco es el factor de riesgo más importante, y es la causa del 22% de las muertes mundiales por cáncer en general, y del 71% de las muertes mundiales por cáncer de pulmón.
  • Los cánceres causados por infecciones víricas, tales como las infecciones por virus de las hepatitis B (VHB) y C (VHC) o por papilomavirus humanos (PVH), son responsables de hasta un 20% de las muertes por cáncer en los países de ingresos bajos y medios.
  • Aproximadamente un 70% de las muertes por cáncer registradas en 2008 se produjeron en países de ingresos bajos y medios.
  • Se prevé que las muertes por cáncer sigan aumentando en todo el mundo y alcancen la cifra de 13,1 millones en 2030.

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