martes, 26 de febrero de 2013

Música para tratar la parálisis cerebral






Al servir como facilitadora de su conciencia corporal, les ayuda a manejar las emociones

A diferencia de la terapia ortodoxa, en la musical hay una parte motivacional sutil, en la que el movimiento corporal cobra un valor intrínseco.
Un equipo de alumnos, académicos e investigadores de la Facultad de Psicología (FP) de la UNAM, dirigido por Concepción Morán Martínez, recurre a la música como facilitadora de la conciencia corporal en niños con parálisis cerebral, padecimiento que impide controlar las funciones del sistema motor.
“Buscamos, más allá de una rehabilitación ortodoxa, que la música juegue un papel lúdico en estos pequeños para que intenten moverse. Es decir, que haya un contenido emotivo, y los enriquezca como seres humanos, porque finalmente la música los ayuda a manejar las emociones”, dijo la investigadora.
Quienes padecen esta enfermedad empiezan a tocar instrumentos de percusión, por ejemplo, hasta que intentan mover su cuerpo, mantenerlo erguido.
A diferencia de la rehabilitación ortodoxa, en esta terapia hay una parte motivacional sutil, en la que el movimiento cobra un valor intrínseco.
“Muchas veces lograr algo, cualquier cosa, nos gusta tanto que no esperamos que se nos felicite por ello; pero el mero hecho de conseguirlo, nos enriquece y hace sentirnos muy bien. A eso lo llamamos motivación intrínseca, y es la que intentamos generar”, indicó Morán Martínez.

La música como fuente de conocimiento psicológico

Al asegurar que la música es una fuente de conocimiento psicológico, la investigadora universitaria destacó al compositor austriaco Franz Schubert, autor de, entre otras obras, numerosos lieder (canciones), en las que se da una amalgama maravillosa de contenido emocional que nos lleva a vivir, en los tres o cuatro minutos que duran, algo intenso.
Si alguien con conocimientos musicales escucha “Margarita en la rueca”, basada en el Fausto, de Goethe, se dará cuenta que tiene cierta estructura y sabrá apreciarla, también, desde un punto de vista técnico. Pero si la escucha un individuo sin conocimientos musicales o que no sabe alemán, idioma en el que está cantada, de cualquier forma percibirá perfectamente el contenido emocional expresado.
“En el caso de las personas con parálisis cerebral, la percepción será la misma porque, en general, los problemas que conlleva ese padecimiento tienen que ver más con el movimiento motor que con el procesamiento de información”, añadió.
Mientras la sensación se relaciona con todo lo que toca a nuestros receptores internos, la percepción es el significado que damos a la información recibida a partir de lo que hemos aprendido y de la memoria de ese aprendizaje, más el momento en que recibimos aquélla.
“Y en el mundo del arte, la percepción tiene una gran importancia. Si percibimos una pintura o una sinfonía, es como si el artista nos tomara la cara o los oídos, y nos hiciera ver cosas que no vemos, u oír cosas que no escuchamos”, explicó.

Los artistas desarrollan una capacidad novedosa de agrupar distintos elementos, que nos permite ver esa otra realidad que está presente, pero que no habíamos percibido o que quizá no habíamos construido así.

“Por ejemplo, la percepción está integrada perfectamente en la obra de Johan Sebastian Bach. Infiero, aunque no puedo saberlo a ciencia cierta que, al componer, tenía presentes las teorías de la percepción que hoy conocemos”, finalizó Morán Martínez.

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