viernes, 9 de agosto de 2013

Dos tazas de chocolate al día ayudan a mantener un cerebro sano

Beber dos tazas de chocolate al día puede ayudar a las personas mayores a mantener su cerebro sano y sus habilidades cerebrales agudas, así lo aseguran investigadores de la Escuela de Medicina de Harvard en Boston (EE UU) en la última edición de la revista Neurology  de la Academia Americana de Neurología.
Dos tazas de chocolate al día ayudan a mantener un cerebro sano
No hubo diferencias entre los participantes que recibieron chocolate caliente rico en el antioxidante flavanol y los que tomaron uno pobre en este compuesto./ John Loo
SINC
Un estudio de la Escuela de Medicina de Harvard, en colaboración con el Instituto Nacional Sobre el Envejecimiento y el Instituto Nacional del Corazón,  ha realizado un experimento en 60 personas con una edad media de 73 años –sin indicios de demencia– para conocer los efectos del chocolate caliente en su cerebro.
Los participantes  en el trabajo de las instituciones estadounidenses bebieron dos tazas de chocolate por día durante 30 días, siendo este el único chocolate que podían consumir durante ese período, y se les sometió a pruebas y ensayos sobre sus habilidades de memoria. Asimismo, pasaron una serie de análisis de ultrasonidos para medir la cantidad de flujo sanguíneo al cerebro durante el experimento.
"Se necesitan más estudios para probar el vínculo entre el cacao y la mejora en el flujo sanguíneo y el deterioro cognitivo, pero es un primer paso"

La falta de sueño aumenta el deseo por alimentos ricos en calorías

Un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de California revela que la falta de sueño causa cambios en el cerebro que están asociados con un mayor deseo por alimentos ricos en calorías. 
Los hallazgos proporcionan nuevas evidencias epidemiológicas que confirman la relación entre los trastornos del sueño y la obesidad.

La falta de sueño aumenta el deseo por alimentos ricos en calorías
No dormir aumenta la actividad asociada con el impulso de comer (izquierda) y disminuye la que controla la buena elección de alimentos./ Matthew Walker

SINC
Numerosas investigaciones han relacionado el aumento de la obesidad en los países industrializados con una constante disminución en las horas de sueño. Pero los mecanismos cerebrales implicados en el proceso aún no han sido suficientemente estudiados.
Ahora un equipo de investigadores de la Universidad de California ha demostrado que la falta de sueño causa cambios en el cerebro asociados con un mayor deseo por alimentos altamente calóricos. Los resultados del estudio se publican hoy en la revista Nature Communications.
Según explica a SINC Matthew P. Walker, autor principal del trabajo, “estudios previos habían demostrado que las personas que duermen menos, tienden más al sobrepeso y obesidad. Nuestro estudio pretende lograr una mayor comprensión de los posibles mecanismos cerebrales que explican esta relación”.
El equipo de Walker llevó a cabo un experimento en el que participaron 23 individuos sanos (13 de ellos mujeres) y examinó su actividad cerebral tras una noche completa de sueño y después de una noche sin dormir.
Durante la medición de la actividad cerebral, llevada a cabo con un escáner de resonancia magnética, los participantes fueron decidiendo cuanto querían comer de un total de 80 elementos que les fueron mostrados.
"Promover que la gente duerma un número adecuado de horas puede ser una buena fórmula para facilitar el control de peso"

Estructuras cerebrales profundas

“Nuestros resultados han demostrado que las regiones del cerebro relacionadas con la toma de decisiones de alto nivel quedan embotadas por la falta de sueño a la hora de elegir alimentos. Por el contrario, las estructuras profundas del cerebro que controlan la motivación y el impulso se amplifican”, dice el investigador.
Además –añade– “un hallazgo adicional interesante fue que a los participantes privados de sueño les apetecían más los alimentos ricos en calorías”.
Walker indica que esta menor actividad cerebral en regiones que controlan las buenas decisiones, en combinación con la amplificación en aquellas más relacionadas con la recompensa inmediata, encaja bien con las teorías de que la falta de sueño favorece el aumento de peso y la obesidad
Por ello, el científico opina que "promover que la gente duerma un número adecuado de horas puede ser una buena fórmula para facilitar el control de peso en la población, favoreciendo los mecanismos cerebrales que gobiernan una buena elección de los alimentos".
Referencia bibliográfica:
Stephanie M. Greer, Andrea N. Goldstein, Matthew P. Walker. “The impact of sleep deprivation on food desire”. Nature Communications (6 de agosto 2013). DOI: 10.1038/ncomms3259

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