
Explicó que los primeros síntomas relacionados con la sordera aparecen después de los 50 años de edad. Sin embargo, en personas que escuchan música con volumen alto, el desgaste auditivo comienza a los 40 años.
El límite del volumen para evitar secuelas en los oídos, detalló, es de 90 decibeles, pero quienes utilizan los audífonos al máximo de potencia y lo hacen de manera continua por más de una hora, pueden presentar daños en un lapso menor.
Villanueva Padrón señaló que la aparición intermitente de un zumbido en uno o ambos oídos, así como la dificultad para entender o identificar palabras en una conversación, son las primeras manifestaciones de pérdida progresiva de la audición, que hacen necesaria la visita al médico.

La audióloga dijo que quienes trabajan en empresas de atención a clientes y utilizan la diadema o audífonos completos, así como operadores de maquinaria pesada y músicos que están expuestos a los altos decibeles de sus instrumentos corren el riesgo de sufrir sordera si no usan dispositivos que filtren y reduzcan el sonido ambiental.
El ruido, advirtió, destruye las células nerviosas (ciliadas) encargadas de la audición y el daño es irreversible, lo que hace necesario utilizar prótesis auditivas y medicamentos oxigenantes y vitamínicos que coadyuven a una mejor calidad para escuchar, aunque la función auditiva nunca se va a recuperar al 100 por ciento.
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