Ese es el hallazgo de un nuevo estudio británico que encontró que las personas ricas estresadas viven más que los pobres estresados.
Los hallazgos muestran que la combinación de pobreza y estrés "es una bomba", señaló el autor líder del estudio, el Dr. Antonio Ivan Lazzarino, miembro asociado de investigación clínica del Colegio Universitario de Londres.
"Estas personas realmente tienen una mayor mortalidad, más de lo que se esperaría simplemente de sumar los dos efectos distintos".
Los investigadores
ya saben que el estrés
y la pobreza afectan
la longevidad.
La nueva investigación busca "estudiar tanto el estrés como el ingreso para ver cómo las combinaciones (bajo y bajo, bajo y alto, alto y bajo, alto y alto) afectan la mortalidad", señaló Lazzarino.El diseño de la investigación no especifica cuánto tiempo más puede vivir una persona si es rica y está estresada, en comparación con si es pobre y está estresada.
Y no se comprende bien por qué las personas más ricas podrían tolerar el estrés mejor biológicamente.
Además, el estudio solo halló una asociación entre la riqueza, el estrés y la mortalidad, no probó causalidad.
Para el estudio, que aparece en la edición en línea del 3 de diciembre de la revista Archives of Internal Medicine, los investigadores examinaron una base de datos de más de 66,500 personas de Inglaterra que tenían a partir de los 35 años de edad entre 1994 y 2004.
Se preguntó a los participantes sobre sus trabajos (si eran trabajadores no calificados u ocupaban puestos administrativos, por ejemplo), y si tenían síntomas de ansiedad, depresión, confianza baja o disfunción social.
Ninguno sufría de cáncer ni de enfermedad cardiaca al inicio del estudio, que dio seguimiento a los participantes durante un promedio de ocho años.
Tras ajustar las estadísticas
para que no se sesgaran
por factores como la edad o el sexo,
los investigadores hallaron
que las personas pobres
y estresadas morían antes.
Tener más dinero pareció servir como amortiguador, incluso cuando las personas más ricas tenían niveles altos de estrés.Al contrario, parece que "un ingreso bajo amplifica los efectos adversos del estrés", señaló Lazzarino.
Los hallazgos no sorprendieron a un experto.
Los pobres siempre han contado con menos formas de combatir el estrés, aseguró Glyn Lewis, profesor de epidemiología psiquiátrica de la Universidad de Bristol, en Inglaterra.
"Por ejemplo, si se daña el coche, una persona más rica puede permitirse alquilar un nuevo coche o arreglar el viejo rápidamente, o cuenta con seguro para ello", apuntó Lewis.
"Si uno tiene el dinero para buscar alternativas, es mucho menos estresante".
Los autores del estudio sugieren que las personas más ricas podrían tener mejores formas de manejar o contener el distrés, y más gente cercana que les ofrezcan ayuda.
Las investigaciones anteriores también han demostrado que los sistemas cardiovasculares de las personas más ricas se recuperan más rápidamente del estrés agudo, lo que podría contribuir a menos daño cardiovascular a largo plazo, anotaron los autores.
Sin embargo, el estudio no documentó la forma en que los niveles de estrés cambiaban con el tiempo, y los autores reconocieron que esto constituye una limitación de su investigación.
Aún así, Lazzarino dijo
que los hallazgos podrían
ayudar a los investigadores
a refinar las herramientas
para medir el estrés.
"Dado que sabemos que el estrés es muy malo para la salud, se podría plantear que todas las personas del planeta deberían hacerse pruebas para medir su estrés, y que los médicos de familia deberían evaluar a todos los pacientes que tengan respecto al estrés", comentó."Sin embargo, esta estrategia podría no ser muy rentable", añadió.
"Señalamos que si uno se dirige específicamente a las personas con bajos ingresos la evaluación del estrés podría resultar muy útil y rentable".
Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare
FUENTES: Antonio Ivan Lazzarino, M.D., clinical research associate, department of epidemiology and public health, University College London, England; Glyn Lewis, Ph.D., professor, psychiatric epidemiology, Center for Mental Health, Addiction and Suicide Research, School of Social and Community Medicine, University of Bristol, England; Dec. 3, 2012, online, Archives of Internal Medicine
No hay comentarios:
Publicar un comentario