domingo, 19 de agosto de 2012

En México, hasta tres por ciento de los adolescentes presentan trastorno obsesivo compulsivo

• Esta psicopatología aparece en la adolescencia tardía y juventud, y por lo regular la padecen hombres y mujeres en la misma proporción, señaló Laura Hernández, académica de la FP de la UNAM

En México, de 2.5 a tres por ciento de los adolescentes presentan Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC); esta psicopatología aparece en la adolescencia tardía y la juventud, y a diferencia de otros trastornos de ansiedad que suceden con mayor frecuencia en mujeres (dos por cada hombre), ésta ocurre en ambos sexos en la misma proporción, afirmó Laura Hernández Guzmán, jefa de la División de Educación Continua de la Facultad de Psicología (FP) de la UNAM.
El paciente diagnosticado con TOC manifiesta obsesiones y/o compulsiones; las primeras son pensamientos intrusivos y perturbadores que, en un momento dado, causarán angustia al individuo. Por ejemplo, puede imaginar a la madre muerta o tener alucinaciones auditivas, explicó.
En tanto, las segundas son conductas asociadas con la idea de evitar un suceso terrible; entonces, los enfermos realizan una serie de rituales con la creencia de que así impedirán hechos indeseables para ellos o sus seres amados.
Generan ansiedad y, por lo general, quienes las padecen tratan de evitarlas; no obstante, en la medida que lo hacen ocurren con mayor fuerza y, en consecuencia, no se pueden eliminar, subrayó la profesora de la FP.

Origen
Hay autores que atribuyen este mal a la genética, suponen que es heredado, pero las teorías más avanzadas señalan vulnerabilidades genéticas generalizadas que se detonan sólo si se dan ciertas interacciones con el medio ambiente.
En el TOC ocurren temores muy elaborados que afectan de manera considerable la vida de las personas; "de hecho, es precisamente en este momento en el que se diagnostican, porque interfieren con el funcionamiento cotidiano del individuo", alertó la psicóloga.
Asimismo, existen compulsiones que obligan al individuo a regresar a su casa varias veces para revisar que las luces o los aparatos eléctricos estén apagados, y que las llaves del gas estén cerradas; también, presenta pensamientos más complicados que le impiden salir de nuevo, pues "sienten" que hacerlo no le favorecerá, ejemplificó.


Tratamiento


"En este tipo de afecciones la familia no ayuda mucho; por lo regular, lo que hace es funcionar con las compulsiones para no verse obligada a enfrentar un conflicto con el paciente", indicó Hernández.
Para tratar el TOC existen fármacos, pero al retirarlos se llegan a observar recaídas, porque no se tiene la capacidad de mantener el cambio por un largo periodo de tiempo.
Lo más efectivo es suministrar medicamentos, junto con la terapia cognitivo conductual, con la que el afectado aprende a entender esta forma de pensar. Aquí, el paciente lleva a cabo experimentos conductuales, donde se expone a la obsesión en situaciones controladas para comprobar que realmente no hay peligro alguno. "Si logra disminuir las obsesiones y las compulsiones puede volver a ser funcional en todos los ámbitos de su vida", concluyó.

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