viernes, 22 de junio de 2012

Anuncian la traducción al español del libro aspectos sociales y conductuales de la atención farmacéutica


*La obra traducida "es muy importante para los campos de la educación, la farmacéutica y la salud": Fernández Fassnacht
*En los planes de estudio de las licenciaturas relacionadas con la farmacia, "ha faltado el contenido social que haría del farmacéutico un profesional de la salud más adecuado y mejor preparado"


En el marco del Primer Simposium Iberoamericano de Farmacia Social celebrado en la Unidad Xochimilco de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), se anunció la traducción al español del libro Aspectos Sociales y conductuales de la atención farmacéutica, publicado por primera vez en 1974 por los especialistas Albert I. Wertheimer y Mickey C. Smith, considerada como una de las obras más importantes en el campo de la farmacia social y la práctica farmacéutica.
La obra fue traducida por los doctores Jaime Kravzov Jinich, ex rector de la Unidad Xochimilco; Marina Altagracia Martínez, investigadora del Departamento de Sistemas Biológicos de la UAM, y el traductor José María Fábregas Puig.
El doctor Kravzov Jinich explicó que el aspecto social de la farmacia permite entender mejor el proceso salud-enfermedad y sobre todo la forma en que el ser humano se enfrenta a un posible padecimiento y no sabe cómo comportarse.
Y advirtió que en los planes de estudio de las instituciones que imparten licenciaturas relacionadas con la farmacia, "ha faltado este contenido que haría del farmacéutico un profesional de la salud más adecuado y mejor preparado".
Señaló que el propósito de la UAM al poner en manos de los estudiantes y profesionales de la salud este libro, es que cuenten con las bases para poder entender la parte social de la farmacia.
El doctor Albert I. Wertheimer, actualmente investigador de la Universidad de Temple, Filadelfia, agradeció el esfuerzo de la UAM por traducir y poner en circulación la primera edición en español de su obra, que vio la luz por primera vez en 1974 y que fue ampliamente distribuida en las 80 facultades de farmacia que existían en Estados Unidos.
Expresó que desde ese entonces "me di cuenta de que todo lo que gastamos en investigaciones y servicios médicos no vale nada a menos que el paciente entienda lo que está pasando en torno al fenómeno de salud-enfermedad y cuál es la motivación para tomar los medicamentos".
En ese contexto, dijo que tal vez la mejor manera de pensar la medicina social es su integralidad, en donde son fundamentales las ciencias físicas, las biomédicas y las ciencias sociales.
"El farmacéutico tienen que saber cómo comunicarse con los pacientes y adecuar la terapia a las necesidades individuales de ese paciente", indicó.
Al inaugurar el Simposio Iberoamericano –al que asistieron Salvador Martínez de la Rocca, secretario de Educación del Gobierno del Distrito Federal, así como la doctora Marion Schaefer, presidenta de la sección de Farmacia Social de la Universidad de Berlín y el doctor Norberto Manjarrez, ex rector de la Unidad Xochimilco– el doctor Enrique Fernández Fassnacht, rector general de la UAM, reconoció el esfuerzo de los traductores y agradeció también a Harworth Press la cesión de los derechos de la traducción a la UAM.
Tras señalar que la obra traducida "es muy importante para los campos de la educación, la farmacéutica y la salud", dijo que la atención a la salud no pasa solamente por un correcto desarrollo científico, técnico y terapéutico, sino que está en gran medida determinado por las formas en que tanto pacientes como profesionales de la salud asumen el bienestar físico, mental y emocional.
La farmacia social, añadió, en mucho contribuye a comprender estos complejos procesos y a trazar rutas de acción socialmente pertinentes y tecnológicamente adecuadas.
Afirmó que en la UAM "tenemos el reto de ofrecer profesionales de la salud acordes con las necesidades del país; así como de integrar enfoques y propuestas que contribuyan al tratamiento de las patologías más frecuentes, además de generar una cultura de la prevención, disminuir la desigualdad en la atención y mejorar la calidad de los servicios de salud para la población mexicana.
El doctor Salvador Vega y León, rector de la Unidad Xochimilco, destacó que esa sede universitaria ha sido pionera en impulsar la fármaco-vigilancia y la fármaco-economía en el país y varios de sus profesores han participado en la elaboración de la primera norma nacional sobre fármaco-vigilancia, así como en la elaboración de la primera guía para la conducción de estudios de evaluación económica para la actualización del Cuadro Básico de Insumos del Sector Salud en México.
Destacó también que desde su creación en 1999, la Maestría en Ciencias Farmacéuticas de esta sede académica ha titulado a más de 100 maestros y maestras.
Confió en que la obra traducida trascenderá nuestros muros y servirá no sólo de fuente de conocimiento de los farmacéuticos iberoamericanos sino también de puente de unión entre las distintas instituciones que imparten carreras de farmacia o afines.
La doctora Marion Schaefer enfatizó que la farmacia social está dirigida al paciente, farmacéutico y profesionales de atención de la salud que en conjunto contribuyen al mejor resultado de la terapia; por tanto se requiere del concurso de muchas ciencias como las conductuales, las de la comunicación y de todas aquellas que contribuyan al uso efectivo y seguro de las medicinas.
Uno de los objetivos fundamentales de la farmacia social es la orientación hacia el paciente especialmente en los casos de los estudios de prueba, al respecto reconoció que los folletos de información son cada vez más eficientes, más comprensibles, lo cual es fundamental ya que si el paciente entiende lo que lee, cambia su comportamiento porque le queda claro el proceso del tratamiento y contribuye al cumplimiento terapéutico.

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